Pequeños hoteles con encanto en AIX-EN-PROVENCE

Capital histórica de la Provenza, -una de las regiones más deseadas de Francia como destino vacacional-, Aix-en Provence seduce por múltiples motivos. Ciudad soleada donde las haya (se dice que cuenta con 300 días de sol al año), sus plazas, centenares de fuentes y dimensión intermedia, hace de ella un lugar delicioso para pasear y disfrutar en terrazas y restaurantes.

Puedes comenzar recorriendo el paseo Mirabeau, con sus palacetes del siglo XVII y cafés. Otro polo de atracción es el mercado diario en la plaza Richelme de frutas, verduras, productos frescos, incluida la aromática lavanda, una de las señas de identidad de la región. La ciudad vieja con sus callejuelas y edificios de fachadas ocres hechiza.

En Aix nació el pintor Paul Cézanne. Acércate a su extraordinaria obra a través de tres lugares: el taller del artista, la propiedad familiar de Jas de Bouffan y las canteras de Bibémus. Toda la ciudad hace gala de un rico patrimonio arquitectónico. Con origen romano, sobre el antiguo templo de Apolo se construyó la magnífica Catedral de San Salvador, que acumula arte románico, gótico y barroco.

Aix-en-Provence es un punto ideal desde donde adentrarse en la campiña provenzal, con su paisaje de viñas, olivos y campos de lavanda. O descubrir los pueblecitos medievales del Luberon encaramados sobre colinas. Pequeños hoteles boutique con mucho encanto dan alojamiento.