Pequeños hoteles con encanto en SAN PETERSBURGO

Al nombrar San Petersburgo resuenan los ecos de la Rusia imperial y su agitado fin. Capital del reino durante dos siglos, desde su fundación en 1703 por Pedro el Grande hasta su caída con la revolución bolchevique el 1917, recuperó el nombre tras más de medio siglo como Leningrado.

Hoy es una ciudad cultural y cosmopolita conectada al mar Báltico, con innegable peso histórico. El centro de la ciudad se sitúa en la Plaza del Palacio, escenario de acontecimientos históricos como la Revolución de Octubre. Allí se encuentra el magnífico Palacio de Invierno de los zares rusos, de estilo barroco. Destaca también el Pórtico de los Atalantes del Nuevo Hermitage.

El Hermitage se erige como uno de los museos más famosos y enormes del mundo, con una excepcional pinacoteca y colección de antigüedades. La iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada, edificada en el lugar donde el zar Alejandro II sufrió el atentado que acabó con su vida, atrapa con sus decoraciones multicolores y composición.

Un recorrido en barco por los canales de San Petersburgo brinda otro fascinante punto de vista. A no perderse el Teatro Mariinsky, consagrado a la ópera y el ballet. Y el Museo Estatal Ruso para conocer sus colecciones de arte: de la iconografía ortodoxa a las vanguardias del XX, con la pintura de Kandinsky como emblema.